Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío.
Como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
Como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
De: "Velorio del solo"
Juan Gelman (1930- )
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
De: "Velorio del solo"
Juan Gelman (1930- )
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Especial de El Mundo sobre Juan Gelman
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¡Hermoso hasta el dolor! Adoro al gran Gelman con toda el alma, y este poema... bueno, los que amamos la poesía lo entendemos bien.
ResponderEliminarQue sigan lloviendo sus versos y el sufrimiento y el alma y el amor y el deseo.
¡Juan Gelmán eres maravilloso y tú, profe, por tu pasión por la lírica! Esta lluvia que cae ahora mismo en Madrid se transforma en versos.