lunes, 21 de septiembre de 2009

Vallejo, César. Masa.


Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
Y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
Con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
Le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
si Abrazó al primer hombre; echóse a andar.

[10 de noviembre de 1937]

César Vallejo (1892-1938)

(Escucha la recitación de Leonardo Sbaraglia)

2 comentarios:

  1. Este César Vallejo... ay Valle Vallejo que nos haces temblar, qué terrible emoción el momento en que el cadáver se deja abrazar, hay una esperanza tan, tan lejana.
    Besazos.

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  2. Cesar Vallejo, un icono literario de mi tierra, desterrado por su misma patria, sociedad, tuvo que morir en Paris un día tal cómo él lo anunciase; es un gran poeta de social, aunque también tiene unos pocos poemas de amor.
    Este poema es estremecedor, y nos deja una gran lección, entre todos podemos si lo queremos.
    Un abrazo.
    Isabel Gómez.

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