Obituario de Berta Singerman (1901-1998)
Una entrevista y una recitación "en directo". Impresionante.
CAMINO DE LA PATRIA
Cuando se pueda andar por las aldeas
y los pueblos sin ángel de la guarda.
Cuando sean más claros los caminos
y brillen más las vidas que las armas.
Cuando los tejedores de sudarios
oigan llorar a Dios entre sus almas.
Cuando en el trigo nazcan amapolas
y nadie diga que la tierra sangra.
Cuando la sombra que hacen las banderas
sea una sombra honesta y no una charca.
Cuando la libertad entre en sus casas
con el pan diario, con su hermosa carta.
Cuando la espada que usa la justicia
aunque desnuda se conserve casta.
Cuando reyes y siervos junto al fuego
fuego sea de amor y de esperanza.
Cuando el vino excesivo se derrame
y entre copas vida se reparta.
Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos
teja él mismo sus sueños y su manta.
Cuando de noche grupos de fusiles
no despierten al hijo con su habla.
Cuando al mirar la madre no se sienta
dolor en la mirada y en el alma.
Cuando en lugar de sangre por el campo
corran caballos, flores sobre el agua.
Cuando la paz recobre su paloma
y acudan los vecinos a mirarla.
Cuando el amor sacuda las cadenas
y le nazcan dos alas en la espalda.
Sólo en esa hora
podrá el hombre decir que tiene patria.
Castro Saavedra (1924-1989)
Cuando se pueda andar por las aldeas
y los pueblos sin ángel de la guarda.
Cuando sean más claros los caminos
y brillen más las vidas que las armas.
Cuando los tejedores de sudarios
oigan llorar a Dios entre sus almas.
Cuando en el trigo nazcan amapolas
y nadie diga que la tierra sangra.
Cuando la sombra que hacen las banderas
sea una sombra honesta y no una charca.
Cuando la libertad entre en sus casas
con el pan diario, con su hermosa carta.
Cuando la espada que usa la justicia
aunque desnuda se conserve casta.
Cuando reyes y siervos junto al fuego
fuego sea de amor y de esperanza.
Cuando el vino excesivo se derrame
y entre copas vida se reparta.
Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos
teja él mismo sus sueños y su manta.
Cuando de noche grupos de fusiles
no despierten al hijo con su habla.
Cuando al mirar la madre no se sienta
dolor en la mirada y en el alma.
Cuando en lugar de sangre por el campo
corran caballos, flores sobre el agua.
Cuando la paz recobre su paloma
y acudan los vecinos a mirarla.
Cuando el amor sacuda las cadenas
y le nazcan dos alas en la espalda.
Sólo en esa hora
podrá el hombre decir que tiene patria.
Castro Saavedra (1924-1989)
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