sábado, 10 de enero de 2009

Vallejo, César. Espergesia.

(Retrato del poeta, por Picasso, 1938)

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha...
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico... y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de ferétro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben... Y no saben
que la Luz es tísica,
y la Sombra gorda...
Y no saben que el misterio sintetiza...
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

César Vallejo (1892-1938)

2 comentarios:

  1. Extremo!!, maravilloso, palabras que se meten en el interior del alma..., adoro a César Vallejo, ,este poema lo desconocía, y por supuesto, me deja extremadamente encantada...

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  2. Precioso, yo también nací un día cuando Dios estuvo estuvo, enfermo, "muy grave"
    Un abrazo.
    Desde Barcelona. Isabel

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