sábado, 31 de enero de 2009

Anónimo. Romance del moro que perdió Alhama. Joaquín Díaz


Paseábase el Rey moro por la ciudad de Granada
desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada:
las cartas echó en el fuego y al mensajero matara.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Descabalga de una mula, y en un caballo cabalga;
por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba
que se toquen sus trompetas, sus añafiles de plata.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Y que las cajas de guerra apriesa toquen al arma,
porque lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Los moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama,
uno a uno y dos a dos juntado se ha gran batalla.
-"¡Ay de mi Alhama!"

Allí habló un moro viejo, de esta manera hablara:
-"¿Para qué nos llamas, Rey, para qué es esta llamada?"
-"¡Ay de mi Alhama!"

-"Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada:
"que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama."
-"¡Ay de mi Alhama!"

Allí habló un Alfaquí de barba crecida y cana:
-"¡Bien se te emplea, buen Rey! ¡Buen Rey, bien se te
empleara!"
-"¡Ay de mi Alhama!"

-"Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada;
"cogiste los tomadizos de Córdoba la nombrada."
-"¡Ay de mi Alhama!"

-"Por eso mereces, Rey, una pena muy doblada;
"que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada."
-"¡Ay de mi Alhama!"

Anónimo.

(Escucha la versión de Joaquín Díaz.
Consulta toda su discografía)



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