Casi todo alma,
vaga Gerineldos
por esos jardines
del rey, a lo lejos,
junto a los macizos
de arrayanes…
Besos
de la reina dicen
los morados cercos
de sus ojos mustios,
dos idilios muertos.
Casi todo alma,
se pierde en silencio,
por el laberinto
de arrayanes… ¡Besos!
Solo, solo, solo,
lejos, lejos, lejos…
Como una humareda,
como un pensamiento…
Como esa persona
extraña que vemos
cruzar por las calles
oscuras de un sueño.
Manuel Machado (1874-1947)
vaga Gerineldos
por esos jardines
del rey, a lo lejos,
junto a los macizos
de arrayanes…
Besos
de la reina dicen
los morados cercos
de sus ojos mustios,
dos idilios muertos.
Casi todo alma,
se pierde en silencio,
por el laberinto
de arrayanes… ¡Besos!
Solo, solo, solo,
lejos, lejos, lejos…
Como una humareda,
como un pensamiento…
Como esa persona
extraña que vemos
cruzar por las calles
oscuras de un sueño.
Manuel Machado (1874-1947)
Qué profundamente evocador, de don de de musicalidad y de ritmo tenía este maravilloso poeta. Sueños y flores, Manuel Machado. Le amo.
ResponderEliminarTe he visto tus comentarios en algunos blogs y me parece te había visitado, pero ya rompiste más mi curiosidad, así que aquí tienes una nueva asidua.
ResponderEliminarUn abrazo.
Isabel