jueves, 4 de junio de 2009

Castelar Lorca, Sara. Collige, virgo, rosas.


El tiempo escribe su almanaque de huesos
y declina los pliegues del reloj en el implacable arco de las uñas.
Para la eternidad se suman nombres,
almas consagradas a La Estigia
como peces finales que se enroscan al sueño.

Resulta terrible la vejez de la araña
que multiplica en ocho la tristeza,
resulta tan terrible el aguijón alado de la arruga
posándose en el rostro, la consciencia del dios inanimado
que desde el vientre acude a despedirnos.

Deja que la ceguera selle el plomo de lo efímero
y el corazón se lacre con la avidez del siempre.

Sí, yo soy la que descansa sobre un río
y renegó de mares secundarios para sumarme al Uno,
la que disecciona uvas
para abrigar la lengua con su humedad carnosa,
la que aparta el revólver de la nuca con el que todos nacen,
la que baila
o gime
sobre el ribete terso de la noche.

Deja que la razón desborde hasta cambiarse el rostro,
hasta doblarse obscena sobre su propio cuerpo,
que sucia se derrame sobre los calendarios
y que el día se quiebre en sus terminaciones.

Sí, yo soy la que recoge las rosas
y corre tan descalza como las buganvillas,
la que traiciona al miedo con los besos más dulces
o descose los hilos del lenguaje donde lo eterno recta.

Porque siempre nunca es siempre jamás.

Sara Castelar Lorca

(Gracias a la autora por autorizar la publicación del poema en nuestro blog)

5 comentarios:

  1. Muy linda tu nueva publicación

    me gustó mucho

    un abrazo

    Fede Hammelinn

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  2. Ah, esa araña que multiplica en ocho la tristeza...

    Abrazos cachicuernos.

    Hasta pronto.

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  3. Un buen autorretrato.

    "Deja que la ceguera selle el plomo de lo efímero
    y el corazón se lacre con la avidez del siempre."

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  4. Estupendo, Sara. Me agradó encontrarte.
    Vicente M.

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