Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.
Odumodneurtse!
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.
Odumodneurtse!
Ohhhh... que grande!! no sé puede añadir nada más.
ResponderEliminarQuerido amigo:
ResponderEliminarvuelvo de un intensísimo, largo y cálido verano, impregnada de la belleza y del arte napolitano, de los estremecimientos fantasmales de Pompeya. Qué maravilla reencontrarte y seguir disfrutando del arte en tu blog encantador. Nada menos que el serñor Vallejo en primer lugar con un poema de Trilce, qué se puede decir, sino dejarse llevar por el placer y el dolor. Qué suerte tengo de volver por aquí. Un abrazo fuerte.