lunes, 3 de agosto de 2009

Jebeleanu, Eugen. Encuentro con Hiroshima


Tierra. Tierra muda. Muda
Con la piel quemada,
con el cuerpo desnudo.
Perdón mi Hiroshima.
Perdón por cada paso que golpea una llaga,
abre una cicatriz.
Perdón por cada mirada que, aun acariciando, duele.
Perdón por cada palabra que enturbia el aire
donde buscas a tus niños,
los pueblos de criaturas perdidos para siempre.
Tumba inexistente.
Viento, viento, viento, viento
y sus voces a penas resonando ahora,
más extinguidas día a día,
únicamente en el recuerdo.
¡Oh, cementerios inexistentes,
inexistentes de quererlos llorar!
No se les puede estrechar en los brazos...
¡Al menos una urna,
una tumba tan solo!...
¿Dónde están tus pequeños, Hiroshima?
Quizás en el océano de plata impasible...
Quizás en la infinita bóveda del cielo...
¿Dónde?
Acaso, acaso en esta misma tierra que yo piso...
Cada paso que doy lo doy con miedo...
Cada palmo de tierra oculta un catafalco...
Es como si la tierra que yo piso
Hubiera dado un grito: -¡Mamá...!
...

Eugen Jebeleanu (1911-1991)

(Escucha el poema en la voz de Berta Singerman)

1 comentario:

  1. Retomando la importancia del valor de la tierra y la naturaleza, comparto contigo una web que intenta promover el tratamiento más respetuoso a la tierra.
    http://www.dulcerevolucion.com/
    Un fuerte abrazo.
    Con cariño.
    Isabel

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