Ángel de luz, ardiendo,
¡oh, ven!, y con tu espada
incendia los abismos
donde yace
mi subterráneo ángel de las nieblas.
¡Oh espadazo en las sombras!
Chispas
múltiples,
clavándose en mi cuerpo,
en mis alas sin plumas,
en lo que nadie ve,
vida.
Me estas quemando vivo.
Vuela ya de mí, oscuro
Lucifer
de las canteras sin auroras,
de los pozos sin agua,
de las simas
sin sueño,
ya carbón del espíritu,
sol, luna.
Me duelen los cabellos
y las ansias
¡Oh, quémame!
¡Más, más, sí, sí, más! ¡:Quémame!
¡Quémalo, ángel de luz,
custodio mío,
tú que andabas llorando por las nubes,
tú, sin mí, tú, por m´,
ángel frío de polvo, ya sin gloria,
volcado
en las tinieblas!
¡Quémalo, ángel de luz,
quémame y huye!
Rafael Alberti (1902-1999)
¡oh, ven!, y con tu espada
incendia los abismos
donde yace
mi subterráneo ángel de las nieblas.
¡Oh espadazo en las sombras!
Chispas
múltiples,
clavándose en mi cuerpo,
en mis alas sin plumas,
en lo que nadie ve,
vida.
Me estas quemando vivo.
Vuela ya de mí, oscuro
Lucifer
de las canteras sin auroras,
de los pozos sin agua,
de las simas
sin sueño,
ya carbón del espíritu,
sol, luna.
Me duelen los cabellos
y las ansias
¡Oh, quémame!
¡Más, más, sí, sí, más! ¡:Quémame!
¡Quémalo, ángel de luz,
custodio mío,
tú que andabas llorando por las nubes,
tú, sin mí, tú, por m´,
ángel frío de polvo, ya sin gloria,
volcado
en las tinieblas!
¡Quémalo, ángel de luz,
quémame y huye!
Rafael Alberti (1902-1999)
Escucha más poemas de Rafael Alberti en
La Palabra Virtual
La Palabra Virtual
Y también en este enlace de la
página oficial de Rafael Alberti
página oficial de Rafael Alberti
Roza verdaderamente el cielo Alberti con los poemas de las ángeles, aunque, a veces, sea un cielo deshabitado. terriblesy desoladas visiones.
ResponderEliminarBesitos.